El empujon de Andrés

Cosas un tanto freak o como mi fiel amiga Palu podría decir “iaaa” me han sucedido y creo que han sido “mas que un par de ellas” pero al experiencia de un celestino de aquellos – completamente celestino casi poseen una lista con perfiles y contactos – no estaba dentro de mi lista.
Andrés es un chico que de citas…sabe y mucho, es el típico amigo que después de una cita comienzas a evaluar que tal fue, si merece una segunda oportunidad o simplemente ahondar en lo que hicimos, en lo que entregamos o simplemente en aquello que nos hubiese encantado hacer pero que por alguna extraña razón simplemente dejamos pasar.
En una noche como cualquier otra me comenta de su nueva adquisición, un celestino que promete ser bueno. Viniendo de Andrés no dudé en lo bueno o malo que pudiera ser este misterioso personaje tocado por un ángel – según él – lo cual ya me hacía dudar un poco del estado mental de tal personaje y no de él.
Dice mi abuela y las lenguas más deslenguadas, que año nuevo sin algo nuevo simplemente no es año, por lo que accedí a vivir aquella experiencia de ser asesorado por este celestino.
Después de detallar largamente y minuciosamente el “perfil deseado” – y claramente después de largas e intensas rizas por no creer a lo que mi soltería estaba llegando – su especie de rito o conjuro o que se yo “súper secreto” estaba entregando resultados. Un tipo de 29 años bastante agradable para un primer “contacto”.
Bueno muchas veces he dicho que de todo debemos experimentar en la vida…¿Un celestino? Jamás se me hubiese pasado por la mente…ahora que habrá querido decir Andrés detrás de su invitación a vivir esta experiencia ¿?.