Extraña forma de desear.

Entre desear y amar, la verdad en que no veo mucha diferencia, por lo menos a la hora de escoger o de buscar a alguien con quien pasar aquellos momentos importantes o banales. Más aun, no me extraña mi “Extraña” forma de amar, que finalmente se traduce en la búsqueda del deseo de un “otro”.
Durante mucho tiempo pensé que a la hora de estar con alguien, buscaría un yo estable; mas bien un otro yo, lo mas parecido posible, para así poder congeniar en esta extraña forma del ser neurótico en el día a día y una forma bastante placentera a la hora de satisfacer aquellas angustias orales que tanto me abruman. Pero yo no soy yo, si no que es otro, entonces que es lo que busco en este “yo” si mi yo no es mas que un “otro”!!!.
Tras largos momentos de reflexión, todo se remonta en el otro. El deseo del otro y desear que un otro me desee. Ahora que lo pienso, bien neurótica mi forma de desear – amar, bueno hoy no me extraña.
Este otro, no es un otro cualquiera, es un “Autre” – un gran otro – que debería ser poseedor de aquella lista tan extensa de carencias que a lo largo de la vida he ido acumulando. Un otro no castrado, claro está para que llame mi atención, pues al serlo ¿Qué de interesante tendría poder conseguir el deseo de este Otro que todo lo posee?, o sea al no estarlo, no habría interés alguno en “ser” el complemento de este otro, que todo lo tiene menos a mi.
Algunas características esenciales: Debe ser un otro lleno de conocimientos, finalmente, estos se expresan en poder y el poder siempre ha sido excitante (nuevamente, un otro que todo lo posee), debe ser infante y un ser de madurez al mismo tiempo, de esta forma romper con todo acto predecible que pudiera llegar a tener, debe ser capaz de soportar mis oralidades, mis obsesiones y mis manías, cosa que no es menor, entre otras tantas características que podría explicitar de este Autre poseedor de todo mi deseo.
Como si fuera poco, un Autre que me desee sin mostrar prueba alguna de este deseo, si me desea, ¿Qué de interesante podría llegar a tener?.

Ahora, teniendo a este Autre, solo me veo posibilitado de tener dos acciones, una llegando al borde histérico, castrarlo, sacarlo de este lugar de poder y dominio, sacarlo de este lugar en que todo lo tiene y con esto asomarme a la posibilidad (bastante elevada) de perder todo interés en él o bien, ensalzarlo, manteniéndolo en este lugar de “altura” pudiendo llegar al extremo de la idealización o de cualquier neurosis obsesiva.
Así de esto, solo puedo confirmar aquello que resume todo tipo de neurosis, “el amor es lo que enferma”; el deseo de este otro es lo que me esta enfermando y de paso aumentando mi neurosis de angustia, mi bruxismo nocturno y mis pésimas noches de sueño, si al final, la actividad sexual resulta ser la mejor de las curas para cualquier problema relacionado con el dormir y no es menor de quien proviene semejante conclusión.

Finalmente, encender la temperatura, puede ser y no ser el remedio de “todo mal”, el amar se expresa en las faltas propias del sacrificio del dar para que este Autre se apiade de nosotros y sacie nuestras necesidades y con esto finalmente buscar el trauma y la falla, ya que siempre nos enamoramos de la persona equivocada, o siempre deseamos lo que no deberíamos desear (en términos de costo-sufrimiento). Buscamos a un ser ideal, alguien que por sobre todo no esta en nuestra misma altura, sufriremos, daremos mas de lo que deberíamos dar y nos quejaremos, solo hasta que llegue aquel Autre que mejore todo aquel tipo de fallas de quien nos origina esta forma particular de desear. Así nos pasaremos demandando “algo” que solo expresará la mas intensa e interna demanda de amor, pues estamos hecho para todo, menos para estar solos.

Que irónico puede resultar todo, buscamos a alguien para estar bien, pero no somos concientes de lo que damos para este “estar bien”.

Ahora solo me pregunto; ¿Será este aquel Autre? O solo es una escena mas de este Montaje Griego, en donde el humor y la tragedia siempre van de la mano?. A pesar de esto, a encender la pasión y a aumentar la temperatura, total, por mas conocimiento de esto, siempre se obtiene alguna fracción de placer que tanto nos alivia.